Crítica de Shōgun (Disney+)

Volví a suscribirme a Disney+ para ver Shōgun, la serie de televisión que adapta de nuevo la célebre novela de James Clavell, y que me ha parecido super entretenida.

PUNTUACIÓN: 7.5/10

Miniserie de TV (2024). 10 episodios. Ambientada en el Japón del siglo XVII, lord Yoshii Toranaga lucha por su vida mientras que sus enemigos en el Consejo de regentes se alían contra él cuando un misterioso barco europeo aparece abandonado cerca de un pueblo pesquero. (FILMAFFINITY)

Shōgun es un drama histórico creado por Rachel Kondo y Justin Marks. Marks fue el creador de la estupenda Counterpart y ha escrito los guiones de The Jungle Book y Top Gun Maverick, además de estar casado con Kondo, una escritora de origen japonés. La serie está basada en la novela de 1975 de James Clavell, que ya fue adaptada en una miniserie en 1980 mítica para los que la vimos.

Shōgun producida por FX ha contado con 10 episodios de más o menos una hora de duración. Los directores han sido Frederick E.O. Toye (4 episodios), Jonathan van Tulleken (2) Charlotte Brändström, Hiromi Kamata, Takeshi Fukunaga y Emmanuel Osei-Kuffour. Además de Rachel Kondo y Justin Marks, los episodios fueron escritos por Shannon Goss, Nigel Williams y Emily Yoshida, Matt Lambert, Maegan Houang y Caillin Puente. Atticus Ross, Leopold Ross y Nick Chuba se encargan de la música de la serie.

El trio protagonistas está formado por Hiroyuki Sanada como el señor Yoshii Toranaga, un poderoso bushō y señor de Kantō. Uno de los cinco regentes que gobiernan Japón en nombre del joven heredero del difunto Taikō. Es descendiente del clan Minowara (clan Minamoto), que antaño gobernó Japón como shōguns. Posee una mente brillante para la estrategia militar y política. Cosmo Jarvis interpreta al piloto mayor John Blackthorne / «Anjin», un piloto marítimo inglés protestante que sirvió en una flota holandesa que buscaba establecer comercio con Japón. Él y su tripulación son cautivos del poderoso Lord Toranaga. Anna Sawai (a la que vimos recientemente en Monarch: Legacy of monsters y en Pachinko), interpreta a Toda Mariko, una inteligente mujer de alta cuna con una fuerte lealtad hacia Toranaga. Es una conversa católica que sirve de traductora entre Toranaga y Blackthorne.

En el reparto tenemos también a Tadanobu Asano como Kashigi Yabushige, el intrigante señor de Izu que sirve a Toranaga, Takehiro Hira como Ishido Kazunari, un antiguo campesino convertido en poderoso bushō, uno de los cinco regentes, principal rival de Toranaga y gobernante del castillo de Osaka, Tommy Bastow como el padre Martin Alvito, SJ / «Tsuji», un empático sacerdote portugués y traductor de confianza y Fumi Nikaido como Ochiba no Kata, la única consorte del difunto Taikō que tuvo un heredero, su hijo Yaechiyo.

Tenía ganas de ver Shōgun desde que anunciaron el primer trailer. La cultura japonesa de samurais y señores feudales es un periodo histórico que me flipa. En realidad, toda la cultura japonesa me encanta. Incluso cuando con el paso de los años me diera cuenta que Japón es una de las culturas más racista y machista del mundo, y una vez quitamos la parte brillante del HONOR tenemos un país casi esclavista en el que la vida no valía nada y podía terminar en suspiro simplemente porque tu señor tuviera una ocurrencia. Digo esto negativo primero de todo, pero en realidad me flipa todo lo relacionado con este periodo histórico. Donde esté Lobo Solitario y su Cachorro (a ser posible, con las portadas de Frank Miller para la edición de Dark Horse) que se quite todo lo demás.

Y empezando ya con Shōgun, la historia hace algo muy inteligente al poner a unos ojos occidentales para que sirva como nuestros ojos mientras entramos en la turbulenta Japón del siglo XVII, de forma que iremos conociendo la vida y cultura japonesa al mismo tiempo que él. Un país a punto de caer en una guerra civil y que convertirá a John Blackthorne en un peón de un juego muy peligroso, al encontrarse en medio de luchas que no comprende y sobre las que no tiene ninguna posibilidad de influir. Esta lucha por el poder es el elemento central de Shōgun, pero la serie muestra muy bien, aunque sea de forma lateral, el poder e influencia de Portugal en Asia, un poder que los ingleses y holandeses querían romper para conseguir las riquezas de estos países para ellos.

Por sacar ya todas las cartas, quizá el único problema grave de la serie es el enorme error de casting que supone Cosmo Jarvis como el protagonista de la serie. Jarvis es un actor super limitado, y aparte del problema de tener que hablar japonés, es un palo inexpresivo que desluce la serie. Y más si se compara con el enorme trabajo del super conocido actor japonés Hiroyuki Sanada, que interpreta al señor feudal Yoshii Toranaga, y sobre todo, de una Anna Sawai que roba completamente la serie con una interpretación de las que marcan una carrera. Tener a Jarvis en el centro de la mayoría de situaciones al ser de alguna manera los ojos de los espectadores hace que estos momentos queden un poco deslucidos por la falta de un protagonista de mayor carisma o mejores dotes actorales.

Shōgun deslumbra por su sobresaliente recreación del Japón del siglo XVII. Se ha destacado mucho que siendo una serie estadounidense, el público japonés ha aceptado la propuesta al verlo todo históricamente correcto. Algo que debe ser el máximo halago que se le puede hacer a una serie de este tipo. El vestuario, las armas, o la construcción de los pueblos que visitan los protagonistas me parece una pasada, y ayuda a meterte en la madriguera de conejo mientras entras en otro mundo. Hay algunos planos generales de la capital en que se nota el CGI (dentro que no podían hacerse de otra manera), pero no es algo que resulte problemático. En general, el diseño de producción me parece una pasada y de lo mejor de la serie.

Otro elemento curioso es que yo y una gran parte del público (español) estamos acostumbrados a ver películas y series en V.O. con subtítulos, por lo que no nos supone ningún problema ver una serie con los personajes hablando en japonés la mayoría del tiempo. Los que no están en absoluto acostumbrado a hacerlo son los propios americanos, y creo que ha debido suponer un riesgo muy importante estrenar una serie de gran presupuesto como una premisa que obliga a leer los subtítulos el 80% del tiempo, al hablar casi todos los personajes en japonés. En mi caso, me alegro que lo hayan hecho así, porque la sensación de inmersión ha sido total viendo los episodios semanales.

Hablaba de lo flojo que me ha parecido el protagonista Cosmo Jarvis. Dentro que Shōgun me ha gustado, he encontrado que en demasiados momentos la serie se detenía demasiado en la clase de historia mientras el protagonista descubre un aspecto de la cultura japonesa, en lugar de plantear una historia más potente que muestre cosas interesantes. Por ejemplo, cuando se pasan un episodio entero con una subtrama de un pescado que se está pudriendo en casa de Hawthorne que acaba provocando la muerte de un campesino, al tirarlo debido al mal olor cuando Hawthorne había ordenado que nadie lo tocara bajo riesgo de ser ajusticiado. Esto significa una dura lección para Hawthorne sobre lo poco que vale la vida en Japón, pero en realidad para la trama principal «importante» para darnos una lección de historia con ecos de documental del National Geographic, que hace que el resultado final no sea todo lo bueno que hubiera podido ser. En positivo, me gusta la complejidad de las luchas de palacio entre nobles y como bajo la engañosa educación se esconde una cultura super violenta que busca aniquilar al oponente. Viendo la serie en formato semanal, me pasó en varios momentos que el episodio me gustó pero al mismo tiempo nada me voló la cabeza ni hubo un momento «pasote». Estaba bien, pero bien sin más. Aunque los 10 episodios han estado bien, creo que si se hubieran planteado 8 yendo al grano la cosa hubiera estado mucho mejor.

Por suerte, Shōgun cuando llegamos al noveno episodio ese si me voló la cabeza. Este es de largo el mejor episodio de toda la serie gracias a una Anna Sawai increíble que se queda con la serie y se la roba a Cosmo Jarvis y Hiroyuki Sanada. Su papel en ese episodio nos muestra la fuerza de una gran interpretación unida con unos sucesos que interesan e impactan, cosa que no siempre tuvimos en los episodios previos. El personaje de Toda Mariko es de los que entran en la historia televisiva, y Sawai realiza un trabajo increíble. Y dentro que no se si estos momentos estaban en la novela original, me resulta muy interesante el papel fundamental que la serie da a un personaje femenino como es Mariko, pensando en el hiper machismo de la cultura japonesa. Es tan bueno este noveno episodio que el último episodio resulta super anticlimático, aunque todo se mueva por los caminos esperables teniendo en cuenta lo que acababa de pasar.

En este momento quiero detenerme en el personaje de Yoshii Toranaga, interpretado por Hiroyuki Sanada. Sanada es un actorazo que cumple de maravilla con este papel de persona digna y honorable. Porque Toranaga es un hombre de honor que sólo busca el bien para Japón. No se convirtió en Shōgun cuando el anterior se lo pidió para proteger a su heredero hasta que tuviera edad para convertirse en el señor de Japón, prefiriendo la opción de formar parte de un consejo de 5 nobles que controlan los asuntos del reino. Las luchas por el poder dentro del consejo son lo que provocan todo el conflicto, y a pesar de todo Toranaga planea sobrevivir evitando el estallido de una guerra que podría causar miles de muertos. Aunque Toranaga es presentado desde una perspectiva honorable, representa como nadie las luces y sombras de la cultura japonesa que antes comentaba. Por ejemplo cuando deja morir (que se suicide) su más leal servidor y consejero simplemente para reforzar un engaño que está intentando «colar» a sus enemigos. O la forma en que mata a siervos porque un señor tiene que hacerlo aunque él planeó y mandó ejecutar los sucesos que luego se supone que investiga. Me gusta mucho la idea de planear para que no haya guerra, pero por otro lado hará lo que sea, y a costa de la vida que sea, para conseguir sus objetivos. En otro contexto, sus actos igual no perecerían tan heroicos.

Me he centrado en el trío protagonista, pero en realidad creo que todo el reparto lo hace super bien, cada uno con su papel. Desde los leales vasallos, los nobles que conspiran por el poder, los súbditos que intentan sobrevivir a toda costa o los que asumen su posición en el mundo y como la muerte forma parte de la vida. Las historias secundarias de estos personajes me han gustado mucho también y ayudan a que la narración sea satisfactoria.

Shōgun ha conseguido popularizar de nuevo los dramas históricos ambientados en Japón, mostrando la complejidad de esta sociedad. Me quedo satisfecho de haberla visto y he disfrutado de un montón de cosas que me han gustado mucho, si bien me parece curioso lo anticlimático de todo y cómo la mayoría de combates han tenido lugar fuera de plano. Tiene lógica que no haya una gran batalla precisamente porque ese ha sido siempre el plan de Toranaga, pero en una producción de este tipo era lo mínimo que se exigiría a priori. En todo caso, aunque no sea lo esperado, la serie me ha dado un entretenimiento estupendo. Ojalá más series así.

Comparto el trailer de esta serie:

Me ha gustado Shōgun, incluso a pesar de su ritmo pausado y su final anticlimático. Si te gusta la cultura japonesa como a mi, su visionado es obligado.

PUNTUACIÓN: 7.5/10

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Crítica de Veneno 24-26 de Torunn Grønbekk y Julius Ohta (Marvel Comics – Panini)

Termina el primer arco de Natasha Romanoff como la nueva Veneno del Universo Marvel, una historia de Torunn Grønbekk y Julius Ohta que resume los problemas de esta colección.

PUNTUACIÓN: 4/10

Después de los impactantes eventos de Veneno nº 21, Natasha Romanov, más conocida como La Viuda Negra, se cruza con los simbiontes de una manera que cambiará a todos para siempre.

Este arco de tres números se publicó en USA en los números Venom 26 a 28, y se ha titulado Estado de gracia.

La actual etapa de Veneno iniciada por Al Ewing y Ram V, con dibujos del espectacular Bryan Hitch, empezó como un concepto interesante que planteaba una narrativa a la que estamos poco habituados en los comics de superhéroes. Porque establecieron una colección dividida por la mitad con dos protagonistas viviendo aventuras en paralelo. Por un lado aún tenemos a Eddie Brock intentando volver al presente viajando por el continuo espacio-tiempo, mientras que su hijo Dylan era el nuevo Veneno en el presente del Universo Marvel. Como premisa, resultaba interesante y me mantuve en este barco tras terminar la etapa de Donny Cates y Ryan Stegman.

Pero ya han pasado 28 grapas USA y este arco Estado de gracia escrito por Torunn Grønbekk confirma lo que hace ya meses sabía, creando ahora ya si el punto de no retorno. Y es que la historia interesante es, siempre ha sido, la de Eddie Brock. Y tener a Dylan y al resto de tropa de simbiontes (luego entro a ello) es un fail total que mantiene al lector alejado del comic que si quiero leer, ofreciendo historias que no están a la altura que no me interesan nada y que no saben ser interesantes.

Gran parte de la culpa de todo es de Torunn Grønbekk, la escritora noruega que parece ha encontrado un espacio en Marvel. Y que para mi desgracia no dejo de comprobar con cada nueva grapa suya que puede plantear argumentos más o menos correctos que no sabe trasladarlos a un comic que resulte interesante de leer. Lo podemos comprobar con la premisa de los Sinnombre, una organización de personas que sufrieron una desgracia provocada por grandes empresas y que buscan vengarse. Y es exactamente eso, la idea me parece curiosa, pero no hay nada interesante en el desarrollo de este comic. Además, la acción resulta confusa y no sabe plantear personajes con personalidad ni consigue que nos preocupemos por los diferentes simbiontes, lo que provoca que el fracaso sea total. Por ejemplo, la trama del joven Bren Waters a punto de morir no puede ser más intrascendente y sin interés, pero la de Natasha buscando los archivos de Alchemax puedes ser hasta peor.

Mira que la he dado oportunidades de sobra, pero hasta aquí. No pienso volver a gasta mi dinero en otro comic escrito por Torunn Grønbekk. Que le aproveche a quien le guste.

Aparte del deficiente guion de Grønbekk, el comic de Veneno tiene otro problema derivado de la idea de Marvel de hacer que los simbiontes se multipliquen, quitando el elemento de originalidad que debería tener el héroe de una colección de comics. Incluso sin tener en cuenta a Eddie Brock, que sigue a su aire, en este arco tenemos a Dylan Brock como el actual Veneno, Bren Waters como Toxina, el simbionte Durmiente y ahora la incorporación de Natasha Romanoff como la portadora de un simbionte recién nacido, adquiriendo la identidad de Viuda.

Como digo, esta idea de héroes duplicados no es nueva. Desde hace años tenemos a dos Spidermans y dos Capitanes América, y a ratos dos Thors. Y no entro a los varios Iron Man (Girl) o hasta hace pocos meses, dos Daredevils. En teoría, la idea de varios héroes de edades, sexos o razas diferentes está planteado para apelar a un rango de lectores mayor que se puedan sentir identificados con uno u otro de los personajes. Pero en la práctica lo que creo que está sucediendo es que si el héroe deja de ser único, ¿Por qué voy a querer seguir unas aventuras más o menos intercambiables?

En el caso de Natasha Romanoff (Viuda Negra), la idea de convertirla en la nueva portadora de un simbionte es una mala idea por partida doble. Por un lado tenemos el hecho que en los últimos 60 años Natasha era una heroína de pleno derecho que no necesitaba de ninguna «muleta» para demostrar su valía. Algo que se ha confirmado una y otra vez en infinidad de comics, por ejemplo en la corta etapa de Mark Waid y Chris Samnee. Que ella necesite a un simbionte para las cosas que hace en este comic es una idea de bombero torero que no tiene ningún sentido. Como tampoco necesitó llevar una armadura de Iron Man para ser una Vengadora por méritos propios. Pero es que si ahora ya no es la Viuda Negra al convertirse en la siguiente de una larga lista de portadores de simbiontes, ha perdido toda originalidad e interés. Que es justo lo que acaba de pasar en este arco. De verdad, no entiendo que nadie en Marvel se de cuenta de esto. A cambio de un shock puntual que alguien de Marvel pensó que va a provocar un aumento puntual de ventas de alguna grapa concreta, se están cargando lo que hacía interesante al personaje para empezar. Es que no hay por donde cogerlo.

El único elemento positivo de este arco de Veneno es el dibujo de Julius Ohta con color de Frank D´Armata, que reconozco muestra potencial y me ha gustado bastante. Lo malo es que ni en eso Marvel consigue darme una alegría completa, dado que Ohta sólo dibuja entero en número 26 USA. En los números 27 y 28 USA a Ohta le acompaña Rafael Pimentel, que es un dibujante bastante mediocre. De forma que tenemos un comic bastante decepcionante lo mires como lo mires.

Estuve a punto de no comprar estas grapas pero al final supongo que a mi yo completista le supo mal no comprarlas y que luego hubiera un hueco en la colección. Pero eso se acabó. Leyendo los avances de Panini en las próximas dos grapas vuelven Eddie Brock, Al Ewing y CAFU. Esas grapas las compraré seguro, ojalá resuelvan la trama de Eddie y pueda volver al presente. Pero esté como esté no compraré otro comic de Grønbekk. Desde luego, el próximo evento de Veneno y Matanza que se está anunciado y que está guionizado por ella no.

Comparto las primeras páginas de este arco:

Veneno está en caída libre. Me da igual lo que me cuenten, el próximo comic de esta colección que tenga guion de Torunn Grønbekk será el primero que no compre, está como esté la trama. Imposible aguantar más este suplicio.

PUNTUACIÓN: 4/10

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Crítica de Transformers 7 de Daniel Warren Johnson y Jorge Corona (Image Comics)

Empieza el segundo arco de Transformers en el que Daniel Warren Johnson se mantiene en el guion pero abandona el dibujo, que pasa a manos de Jorge Corona, con color de Mike Spicer.

PUNTUACIÓN: 8/10

NUEVO ARCO ARGUMENTAL

¿QUIÉN LIDERARÁ A LOS DECEPTICONS?

Tras el impactante final del último número, Starscream y Soundwave luchan por el liderazgo, y el resultado cambiará a los Decepticons para siempre.

Y los Autobots descubren que pueden tener más aliados de los que imaginaban…

JORGE CORONA se une a DANIEL WARREN JOHNSON para comenzar la historia del Universo Energon que dará que hablar.

Jorge Corona es un dibujante de cómics venezolano afincado en Estados Unidos, conocido por su trabajo en «Batgirls», de DC Comics, y «Middlewest» y «The Me You Love In The Dark», de Image, con el cocreador Skottie Young. Jorge también ha recibido el Premio Russ Manning 2015 y ha sido nominado varias veces al Premio Eisner.

Tras el impactante primer arco de Transformers, el inicio de este segundo vuelve a no dejar un segundo de respiro. Como muestra la portada y la sinopsis, el liderazgo de Starscream de los Decepticons se verá desafiado, algo normal tras la derrota del número anterior, que les hizo perder el control del arca. Además de esta pelea, tenemos un prólogo centrado en el pasado de Arcee en Cybertron super impactante también, que explica el dolor que siente y que hará que se sienta reflejada en el duelo Carly tras la muerte de su padre, que quiere pasarlo exterminando robots.

Este equilibrio entre acción super guapa y desarrollo de personajes resulta clave para el disfrute de este comic. La escena de Arcee y Carly es igual de impactante que los combates, porque te duele ver el estado de dolor en que se encuentra Carly. Que esta grapa se centre en ellas me parece una idea genial, y me encantaría que cada número tuviera a uno de los Autobots en el centro de la historia. Para ser una grapa de 20 páginas, el comic nos ofrece varias tramas y todas son interesantes, resultando una lectura super satisfactoria. En estos momentos en el que comprar un comic tiene un coste elevado, me gusta tener un comic que por historia y arte justifica de sobra pagar por leer estas aventuras todos los meses.

El principal cambio del comic es, por supuesto, el cambio de dibujante, dado que Daniel Warren Johnson sólo guioniza el arco. Y la verdad es que me ha gustado mucho el dibujo de Jorge Corona, al que no conocía previamente. Por quitármelo de la cabeza, el único problema que le veo es que NO es DWJ, y aunque todo está super bien dibujado, sientes que si lo hubiera dibujado el artista de Chicago el comic nos hubiera volado la cabeza aún más. Pero dicho esto, lo cierto es que el dibujo es notable. Empezando porque las expresiones faciales de los personajes, humanos y robots, son perfectas, mostrando el dolor interior, la tristeza y la rabia que sienten.

Junto a Mike Spicer en el color, Corona realiza un primer número modélico, con buena conexión emocional y unas escenas de acción brutales. No es DWJ, pero queda claro que Skybound nos ha dejado en buenas manos. La verdad es que no esperaba estar tan implicado con un comic de Transformers, pero el buen trabajo de todos los creativos están obrando un milagro que espero poder seguir disfrutando durante muchos meses.

Comparto algunas páginas páginas del comic, y ojo que son SPOILER:

A pesar de no tener a Daniel Warren Johnson en el dibujo, el comic de Transformers sigue dándonos unas aventuras estupendos con personajes que estamos aprendiendo a querer. No le pido más.

PUNTUACIÓN: 8/10

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Crítica de Motorista Fantasma 12 de Benjamin Percy (Marvel Comics – Panini)

Nuevo número de Motorista Fantasma de Benjamin Percy que nos acerca al final de esta etapa, al empezar la historia de origen de Talia Warroad, la actual compañera de aventura de Johnny Blaze. Una grapa doble de Panini que cuenta con dibujo de Carlos Nieto y Brent Peeples con Cory Smith.

PUNTUACIÓN: 7/10

Johnny Blaze ha estado viviendo aventuras a lo largo de Estados Unidos junto a Talia Warroad, pero ¿qué sabe realmente sobre ella? Ahora, el complicado pasado de Talia, sus amores adolescentes y sus primeros hechizos se incorporan al viaje. Invitado: Doctor Extraño.

Este número incluye Ghost Rider 18 y 19 USA.

Talia Warroad se ha convertido por méritos propios en la coprotagonista de esta colección, acompañando a Johnny Blaze por sus viajes a través de la América profunda. Así que me alegra que Benjamin Percy plantee justo antes del final de la actual etapa la historia que nos cuente su origen, un origen que para sorpresa de nadie resulta estar conectado a una secta adoradora de Mefisto. Me gusta esta historia de origen y cómo Percy utiliza a Stephen Extraño, recordándonos que son historias ambientadas en el Universo Marvel. Al tener dos grapas USA la trama avanza bastante

Lo menos bueno de la historia de Percy es que el origen de Talia de momento está bien, pero la acción en el presente es super chof, dejándonos con un cliffhanger que no genera la necesidad de seguir leyendo el comic. Todo es correcto, quizá demasiado, y de momento no nos ha dado los elementos terroríficos que hicieron que este comic molara.

Aparte de este elemento menos bueno de la historia, es una pena que este comic sufra unos cambios continuos de dibujantes, lo que lastra completamente la experiencia de lectura. Carlos Nieto dibuja y entinta el número 18 USA, con color de Bryan Valenza. Y dentro que me parece correcto a la hora de contar la historia en imágenes, es todo demasiado correcto y no sabe transmitir el elemento perturbador que debería tener una historia de terror como se supone que es esta. Peor es el número 19 USA, dado que Cory Smith, el dibujante oficioso de la colección, sólo dibuja las tres primeras páginas del prólogo, con entintado de Oren Junior, estando el resto del comic dibujado por el flojísimo Brent Peeples. Peeples me parece un artista muy muy flojo, y ya ha sido utilizado para dibujar varios fill-ins anteriores, pero la calidad baja una barbaridad cuando dibuja él y no Cory Smith.

La actual etapa parece que está a punto de terminar, algo que pasará en la próxima grapa de Panini en Junio, que en lugar de ser doble va a ser triple. Y puedo imaginar y desear que si Marvel ha querido hacer las cosas bien, dentro del lamentable baile de dibujantes, al menos ha dejado a Smith para que dibuje el final de la colección. No tengo ni idea de si ese es el caso, espero que sea así. Porque de lo contrario va a ser un bajonazo importante. Pero esto provoca que una buena historia pierda punto por un dibujo que no acaba de estar al nivel.

Por cierto, no puedo dejar de comentar el palo que me va a dar Panini el mes que viene. Esta grapa doble me ha costado 5.50 €uros, mientras que la siguiente que va a ser una grapa triple que se publicará en junio va a costar la animalada de 9.95 €uros. La subida por tener el primer número de la serie Ghost Rider: Final Vengeance junto a las dos últimas grapas USA va a ser de 4.45 €uros. Una barbaridad. Llegados a este punto quiero comprar el comic para llegar al final de la etapa, pero estos atracos de Panini son lamentables. Luego se sorprenden porque cada vez se venden menos grapas. Igual el precio de las mismas tiene algo que ver. ¡Menudo atraco!!!

Comparto las primeras páginas del número 18 USA:

Me gusta el comic de Motorista Fantasma. Sin ser uno de mis comics favoritos me da un tipo de historias únicas dentro del Universo Marvel. creo que me va a apenar cuando se acabe esta etapa.

PUNTUACIÓN: 7/10

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Crítica de Civil War de Alex Garland

Estaba dudando si ver o no Civil War, la nueva película de Alex Garland (Ex Machina, Aniquilación) con una elevada carga política. Y me alegro de haberlo hecho incluso a pesar de no ser ni mucho menos perfecta.

PUNTUACIÓN: 7/10

En un futuro cercano donde América está sumida en una cruenta guerra civil, un equipo de periodistas y fotógrafos de guerra emprenderá un viaje por carretera en dirección a Washington DC. Su misión: llegar antes de que las fuerzas rebeldes asalten la Casa Blanca y arrebaten el control al presidente de los Estados Unidos.

Alexander Medawar Garland (Londres, 1970) es un escritor, guionista y director inglés. Saltó a la fama con su novela La playa (1996), que fue adaptada por Banny Boyle en 2000 con Leonardo DiCaprio. Garland empezó una fructífera colaboración con Boyle en sus siguientes películas 28 días después (2002) y Sunshine (2007). Tras eso escribió los guiones de Never Let Me Go (2010) y Dredd (2012). Y en videojuegos, coescribió Enslaved: Odyssey to the West (2010) y ejerció de supervisor de historias en Devil May Cry (2013).

Garland debutó como director al escribir y dirigir Ex Machina (2014). La película de ciencia ficción le valió una nominación al Oscar al Mejor Guion Original, y le valió tres Premios del Cine Independiente Británico, incluyendo Mejor Guion, Mejor Director y Mejor Película Independiente Británica. Su segunda película, Aniquilación (2018), una adaptación de la novela homónima de 2014, también fue un éxito de crítica aunque a mi me dejó bastante frío. Garland pasó a escribir, dirigir y producir ejecutivamente la notable miniserie Devs (2020), a la que le siguió el thriller de terror Men (2022), que no llegué a ver.

Galand escribe y dirige Civil War a partir de una idea original suya. La película de 109 minutos de duración ha contado con un presupuesto de 50 millones, el mayor de una película de la productora A24 que busca dar un salto de calidad cinematográfica, estando hasta ahora especializado en películas de bajo presupuesto. La película cuenta con fotografía de Rob Hardy, montaje de Jake Roberts y música de Ben Salisbury y Geoff Barrow, y ha sido rodada en localizaciones de Atlanta y en Londres.

Kirsten Dunst es Lee Smith, una reputada fotoperiodista de guerra de Colorado. Wagner Moura interpreta a Joel, un periodista de Reuters de Florida y colega de Lee. Cailee Spaeny es Jessie Cullen, una joven aspirante a fotógrafa de Missouri que acompaña a Lee y Joel en su viaje. Stephen McKinley Henderson como Sammy, un veterano periodista de The New York Times y mentor de Lee, Nick Offerman como el Presidente de los Estados Unidos, un presidente dictatorial que actualmente cumple su tercer mandato, Sonoya Mizuno como Anya, una reportera británica incrustada en el avance de las fuerzas occidentales sobre la capital, Jefferson White como Dave, el cámara de Anya, Nelson Lee como Tony, un reportero hongkonés que es buen amigo de Lee y Joel, Evan Lai como Bohai, un reportero hongkonés colega de Tony y Jesse Plemons como un militante ultranacionalista que encañona a los periodistas completarían el reparto.

Estuve pensando si ver en el cine Civil War porque estoy un poco sensibilizado contra los panfletos ideológicos que han invadido el entretenimiento mainstream en los últimos años. Sin embargo, leí varias críticas sobre que esta película realmente planteada cuestiones complejas de formas no maniqueas, así que decidí darle una oportunidad. Y me alegro de haberlo hecho. La clave principal de la película es que Garland evita conscientemente hablar de republicanos y demócratas, hasta el punto que los dos bandos podrían ser de ambos partidos. Porque en el momento en que estalle la guerra, ya no será un tema de buenos o malos, sino que todos pierden, sobre todo la población civil.

Lee Smith, la protagonista interpretada de forma magistral por Kirsten Dunst, da la clave de la película cuando afirma que ellos, los fotoperiodistas, no están para juzgar, sino para dar fe de unos hechos que tendrán que ser interpretados por otros. Además, afirma que cuando era corresponsal de guerra en el extranjero pensaba que cada foto suya de una masacre o un hecho terrible era un toque de atención para que la gente se viera afectada por las imágenes, e impidiera que lo mismo ocurriera en su hogar. En la película obviamente Lee no tuvo éxito, pero diría que eso mismo es lo que Garland plantea con esta película, al crear una historia sin moraleja que da por bueno limitarse a mostrar escenas terribles de americanos luchando con americanos casi sin sentido ni objetivo más allá de la lucha en si misma. Casi como modo de llamar la atención para una sociedad americana dividida como nunca entre demócratas y republicanos, ante una situación que ahora mismo es ficción, pero está demasiado cerca de la realidad de lo que nos gustaría.

Civil War empieza en medio de todo, y me resulta super interesante que Garland en realidad no quiere darnos ningún contexto de lo que sucedió antes. Por conversaciones entre el grupo de periodistas sí sabemos que la guerra estalló tras romper la ley el presidente y tomar posesión del cargo un tercer mandato, lo que provoca la independencia de varios estados entre los que están California y Texas. También se dice que el presidente eliminó el FBI y ha bombardeado a población civil, se entiende que en el contexto de la guerra civil. Sin embargo, el bando independentista en realidad no puede ser calificado de ser «el bueno» dado las cosas que hacen sobre todo en la parte final de la película.

Otra de las cosas que más me ha gustado de Civil War es que presenta a unos periodistas muy alejados de visiones idílicas de la profesión. Uno de los grandes males del periodismo hoy en día es que la mayoría han abandonado la búsqueda de la verdad y se han convertido en unos activistas de las ideas que defienden y que intentan imponer de forma igual de fanática que las ideas que dicen combatir. De esta forma, estamos viendo innumerables ejemplos de periodistas y medios que evitan informar de cosas ciertas si creen que va a afectar negativamente a «su bando». Me alegra comprobar que Garland NO plantea a los protagonistas de esta manera, siendo unas personas que se sienten reales, con elementos positivos y negativos, buenas intenciones y demonios en su pasado.

Me ha flipado ver a unos periodistas junkies de la adrenalina para los que meterse en una situación de combate les da claramente un subidón que es tan importante para ellos como informar de los hechos. Tener una versión tan humana y a la vez tan poco favorecedora para la profesión me parece uno de los principales hallazgos que plantea Garland. Algo que supongo ha escocido a más de uno.

Junto a Kirsten Dunst, la dura fotógrafa curtida en mil batallas, tenemos a un alucinante Wagner Moura como Joel, un periodista amigo de Lee que quiere conseguir como sea la exclusiva de la última entrevista al presidente antes que sea detenido y quizá asesinado. Moura tiene también una humanidad bestial, con todos sus defectos también, que convierten a Joel en un personaje espectacular. El trío lo completa Cailee Spaeny como Jessie Cullen, una aspirante a fotógrafa de guerra que será nuestros ojos al ser la novata que verá por primera vez situaciones tremendas. Los tres actores están estupendos en sus papeles, dentro que Dunst es la que más fuerza y brillantez transmite a lo largo de la película, y Spaeny la más flojita. Dentro de cumplir todos con el rol que plantea Garland en la historia.

Otra de las claves de la película es que Garland nos golpea en varios momentos con escenas de gran violencia y una tensión bestial. Civil War tiene una fuerza visual alucinante, con montones de planos increíbles, lo que sorprende en parte pensando que Garland fue escritor antes que director. Comentar además que Garland me ha ganado con un recurso que emplea en muchísimos momentos, al mostrar en medio de escenas frenéticas de acción el resultado de una foto de los protagonistas, que hace que veamos la acción con una imagen estática sin ningún sonido durante ese segundo, lo que aumenta la fuerza dramática de esa escena.

Además, comentaba al principio que Civil War ha costado 50 millones, y la verdad es que lucen estupendos en pantalla, al tener una historia con múltiples localizaciones, destacando la batalla de Washington que tiene lugar en el climax de la película. Aparte de la fuerza de la historia, visualmente la película tiene muchísima fuerza, siendo una de esas historia que merece la pena ver en pantalla grande.

Lamentablemente, la película dista mucho de ser perfecta. Está genial la intención de Garland de avisar a los americanos que esta ficción está más cerca de la realidad de lo que a la mayoría nos gustaría. Pero al final la historia se reduce a la idea fuerza que en una guerra todos son malos y se van a cometer grandes desastres en nombre de la libertad. Y me ha resultado demasiado poco, demasiado endeble todo el conjunto. Civil War está planteada como una historia episódica en el que el grupo de protagonistas encuentra varias situaciones durante su viaje. Estructura que en si misma no es un problema.Pero quizá un problema es que la mayoría de veces muestran no algo que realiza un bando o el otro, sino personas particulares que no saben por qué luchan ni qué defienden, más allá de atacar a otros.

En ciertos momentos estas escenas recuerdan el cine de zombies, al mostrar lo peor de la raza humana cuando hay escasez de recursos. Sin embargo, como digo, la mayoría de escenas no tienen un elemento político al ser hechos de personas individuales no se sabe con qué ideología. Por ejemplo, en la escena inicial del atentado en Nueva York, en la gasolinera en la que vemos cómo tratan a los ladrones o durante la tensa escena del francotirador en una casa cercana a la carretera. Todas son escenas super tensas que te ponen el corazón en un puño, pero en realidad son momentos sin demasiado sentido más allá de que la violencia engendra violencia. La tremenda escena protagonizada por Jesse Plemons es la única que puede decirse que se trata claramente de una persona de ideas cercanas a la Asociación Nacional del Rifle o los Republicanos. Pero como comentaba me gusta que esto no sea una situación de señalar a uno de los dos principales partidos políticos de los Estados Unidos.

Civil War tiene una historia y un mensaje tan endeble que provoca que muchos momentos visualmente poderosos como el incendio en el bosque se sienta como una escena bonita pero vacía, siendo una sensación que sobrevuela en muchos momentos. Por cierto, dada la complejidad a priori de una película de esta naturaleza, me ha encantado poder ver una historia contada en 110 minutos, yendo al grano con lo que nos quiere contar desde el minuto uno, lo que evita que la película llegue a hacerse larga, cosa que no sucede.

Tengo que expresar también que Garland plantea un giro en relación con uno de los protagonistas que no me ha gustado nada, al ser una situación que sale de la nada, no me parece lógica con lo visto hasta ese momento y va contra natura de ese personaje. Esa parte no me ha gustado nada. Por contra, la evolución del personaje de la fotógrafa novata sí me ha gustado mucho y refuerza la visión nada idílica que la película hace de la profesión.

Estaba leyendo además que la película ha sido criticada en los Estados Unidos precisamente por no plantear la idea de buenos (demócratas) frente a malos (los republicanos), demostrando que Garland tenía razón en plantear su historia en los términos en que lo ha hecho. Y por supuesto, dejando a la vista la gran mentira del periodismo activista que está arrasando con los valores del periodismo de ética y búsqueda de la verdad, caiga quien caiga. Aunque sean los míos.

He visto muchos elementos interesantes en Civil War y me alegro de haberla visto en pantalla grande. Sin embargo, me hubiera gustado una mayor profundidad en una historia que se me ha quedado super corta. Dentro que agradezco la intención de Garland (o así lo veo yo) de plantear una serie de escenas potentes para que cada uno las interprete como quiera, como si él fuera también un corresponsal de guerra. De hecho, esta es mi interpretación, pero entiendo que la película está abierta a otros puntos de vista, lo cual puede ser una buena excusa para iniciar un debate de ideas que resulte enriquecedor, al no querer dar soluciones fáciles ni una moraleja simplista.

Comparto el trailer de la película:

Civil War es impactante e imperfecta a partes iguales. Me alegro de haberla visto pero no creo que la vuelva a ver de nuevo. Pero en todo caso la recomiendo para que tú también puedas tener tu propio criterio ante una historia que se siente demasiado cercana a la realidad de lo que debería.

PUNTUACIÓN: 7/10

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